martes, 9 de septiembre de 2008
lunes, 8 de septiembre de 2008
Te invitamos a conocer en detalle esta peculiar celebración.
La festividad religiosa más importante del Norte Grande de nuestro país corresponde a la Fiesta de La Tirana, que se celebra todos los años en el pueblito del mismo nombre y que se sitúa a casi 90 kilómetros de Iquique, capital de la I Región.
Conmemorar a la Virgen del Carmen, la "Patrona de Chile", es el principal motivo de esta festividad, que se realiza entre el 12 y el 18 de julio congregando a cerca de 100 mil personas, mientras que en un período normal la localidad sólo alberga a 560 lugareños.
Los peregrinos y las más de 180 cofradías de bailes religiosos provienen de toda la zona entre Arica y Copiapó, los que presentan sus ofrendas a la Virgen a través de oraciones, ritos, cantos y bailes con atuendos altiplánicos y máscaras de variados colores y formas. A la vez, el pago de las mandas ofrecidas por numerosos visitantes comprende muchas veces inmensos sacrificios y esfuerzos físicos que se llevan a cabo en símbolo de agradecimiento.
En plena Pampa del Tamarugal se ubica la iglesia cuyo altar central acoge a la Virgen del Carmen y en los laterales a la Virgen de la Tirana, a San Simón y al Señor de los Milagros.
Diaguitas
- Ubicación: valles fértiles
- Modo de vida: agricultura, contaban con ganado camélido y pesca
- Organización social: aldeana
- Relación con el incanato: intereses fundamentales, la explotación minera de cobre, extracción de piedras semipreciosas
Pueblo agricultor con una organización conocida como sociedad dual (atribuida a la influencia incaica), que se dividía en dos mitades: la de arriba, hacia la cordillera y la de abajo hacia el mar.
Las construcciones que utilizaban para vivir eran chozas agrupadas en aldeas pequeñas, hechas de ramas cubiertas de barro y techo de paja, a las que se sumaban unas bodegas subterráneas empleadas para almacenar maíz y otros alimentos.
Se desconoce cuáles eran sus prácticas religiosas, pero se piensa que creían en la existencia de una vida extraterrenal, por el cuidado que ponían al momento de enterrar a sus muertos, depositando cántaros con alimentos y otras ofrendas. Con el tiempo, fueron mejorando la calidad de las sepulturas, hasta confeccionar verdaderos ataúdes de piedra.
Los diaguitas fueron expertos artesanos, tanto metalúrgicos como alfareros, e incorporaron a los adornos de oro y plata, piedras semipreciosas como el lapislázuli. Su cerámica destaca por sus vasijas decoradas con diseños geométricos en rojo, blanco, amarillo y negro, especialmente aquellas conocidas como jarro-pato y una forma de jarrón adoptada de los incas llamada aríbalo.
Changos
- Ubicación: Habitaron en la costa norte hasta Taltal
- Modo de vida: Eran bandas de cazadores , recolectores y pescadores.
- Organización social: Grupos (clanes)
Este pueblo se caracterizó por la fabricación de balsas de cuero de lobo que utilizaban para uso propio y para intercambiarla por otros productos. Esta embarcación se construía de cuero de lobo marino, cuya piel era ablandada en agua dulce; luego se cosía y se recubría con aceite del mismo animal, dejando una pequeña abertura para introducir una caña que permitía inflarla. Sobre los flotadores se incorporaba una plataforma de madera que podía transportar de uno a cuatro navegantes. El desplazamiento se lograba mediante el uso de un remo de doble pala. Para pescar los changos usaban un arpón de hueso a cuyo extremo amarraban un cordel de cuero. Además, hicieron uso de redes que ellos mismos tejían con fibras vegetales o intestinos de animales marinos.
Respecto de su organización, se puede decir que los changos se agrupaban en familias pequeñas con asentamientos dispersos, que reconocían como su territorio un sector de la costa que contara con agua dulce para beber.
Su vivienda la construían con estacas de madera o costillas de ballena cubiertas con cuero de lobo y algas marinas. En el interior, las familias se acostaban sobre algas secas o cueros de camélidos.
Sus creencias religiosas fueron bastante escasas, pero se contaba entre ellas el culto a los muertos, pues los enterraban acompañados de herramientas y otros objetos.
Origen
Los Atacameños provienen de antiguos cazadores y recolectores que se adaptaron a la zona gracias a las favorables condiciones que ofrecía la cuenca del río Loa. Esta cultura alcanzó un gran desarrollo en el siglo XV, antes de la llegada de los Incas al actual territorio chileno.
Ancestralmente se destacaron en el uso de la metalurgia, alfarería, textilería y técnicas de cultivo de la tierra en terrazas.
El cronista Mariño de Lobera dice al respecto:
«Viven en aldeas y en la organización social y política destacan por dividir sus poblados en Ayllus y en cada uno de ellos hay un alcalde, cuya insignia es un bastón con puño de plata...»
Sucesivas etapas y poblamientos, pasando por un gran florecimiento cultural en el s. III d. C. ha experimentado este pueblo que hoy todavía conserva rasgos de este pasado, en rituales, técnicas de cultivo y manufactura de artesanías. Además mantiene su modo peculiar de construcción, donde se percibe su rica herencia ancestral.
La etnia atacameña actual se habría conformado entre el 900 y 1536 d. C.
Como consecuencia de la desintegración de Tiwanaku, los pueblos altiplánicos se dividieron en varios reinos, que en el tiempo del contacto con los españoles se reconocieron como: Kollas, Lupagas, Pacajes, Charcas, Carangas, Lipez y Chichas.
Los Señoríos de Atacama persistieron y fortalecieron su vida en los Pukarás.
Habría sido el Inca Tupac Yupanqui (1471-93) quien emprendió la conquista del territorio chileno. Esta ocupación fue más política que cultural, ya que las tradiciones de los pueblos anexados no se perdieron.
Algo más de 3000 campesinos descendientes de estas culturas sobreviven hoy distribuidos en una docena de pueblos y lugares, en ellos subyace la rica experiencia cultural acumulada.
- Ubicación: oasis del salar de Atacama
- Modo de vida: comercio a través de caravanas de llamas
- Organización social: señorío
- Relación con el incanato: intercambio de recurso mineros y agrícolas
Los Atacameños o likanantai habitan en los oasis, valles y quebradas de la provincia del Loa, en el norte de Chile (II Región). En esta zona se encuentran el Salar de Atacama, el volcán Licancabur y los ríos Salado y Grande. Este hábitat desértico comprende el sector de la hoya del Salar de Atacama, el pueblo de San Pedro de Atacama y la cuenca del río Loa, cuyo centro es la ciudad de Calama.
La comunidad es un concepto que predomina en la vida social de este pueblo. La construcción de un camino, un local para la comunidad, limpiar los canales de regadío, son algunas de las actividades que los convocan. Los centros ceremoniales y también comerciales, donde confluyen todos sus componentes son Caspana, Peine, Socaire, San Pedro de Atacama y Toconao. El Censo de población (1992) entrega una cifra global de 85. 829 habitantes indígenas para la provincia del Loa, pero sin especificar su origen étnico específico.
El clima, en general, es templado presentando bruscos cambios de temperatura entre el día y la noche. Hay poca cantidad de lluvia, pero contribuye al crecimiento de las vegas y las arboledas en los territorios planos. En este paisaje se encuentran especies vegetales como algarrobos y chañares; y animales, tales como zorros, cóndores y quirquinchos. Desde el período prehispánico hasta el presente, el pueblo Atacameño ha demostrado gran capacidad de adaptación al clima desértico, caracterizado por su extrema aridez.
En esta área ocupada desde hace 10.000 años, prevalecen grandes extensiones con escasos ríos, cerca de los cuales se han ubicado las aldeas de este pueblo, pequeñas y rodeadas por muros defensivos.